Llegó a Vicálvaro con 10 años, en los años 60. Era un barrio en construcción, muy diferente del que ahora conocemos. Pronto comenzó a colaborar con la Asociación Vecinal de Vicálvaro (AVV) y, en 1981, fundó la Escuela de Fútbol de Vicálvaro (EFV), que ahora cumple 40 años. En junio pasado, dejó de ser su presidente después de 39 años porque quería “una vida más tranquila”. Curiosamente, nunca ha jugado al fútbol.
¿Cómo era Vicálvaro cuando viniste?
Hace 60 años, Vicálvaro era el casco viejo, las colonias enfrente del cementerio y se estaba construyendo el barrio de San Juan. Más tarde llegaron las Mil Viviendas. Todo era un barrizal y fue así hasta 1976. Con las primeras elecciones municipales, vino como concejal Carlos Sánchez Soto, que fue un revulsivo muy importante porque impulsó proyectos como los del Anillo Verde
¿Cuándo empezaste a colaborar con la AVV?
En 1977. Juanjo era el presidente y también estaban Joaquín, Miguel Ángel, Conchi, Miguel Ángel, Mariano, Lourdes, Charo, Costan, Ramón y Paco “El Alcalde Manolo “Guti”… Gente histórica de la que ya no queda nadie. Entonces yo vivía en una casa baja. Un día fui a apuntarme a una coordinadora de vivienda que se había creado en la AVV y ellos me animaron a colaborar. En aquella época yo no militaba en ningún partido, solo era afiliado a las antiguas CCOO. Eso salió bien porque nos dieron unas viviendas modulares a 50 familias de Vicálavaro en la Avenida de Guadalajara, en San Blas, y allí nos fuimos. A quienes aguantamos un poco nos dieron unos pisos en propiedad en Orcasitas, pero ni mi mujer ni yo nos adaptamos, por lo que renunciamos a él y volvimos de alquiler a Vicálvaro.
¿Qué luchas recuerdas de esa época?
Los colegios e institutos, el arreglo de las calles del barrio de San Juan, que era un barrizal. También fue muy importante la lucha por el metro, aunque tardó en llegar. Nos manifestábamos y cortábamos hasta la M-40. Luego, también hubo protestas por Los Focos, el poblado que había en la carretera con San Blas. Los presidentes de la AVV de aquellos años, Juanjo y Pedro García, dieron el callo. Yo trataba de colaborar como podía. Recuerdo que creé con Pedro, que era como un hermano para mí, la Comisión de Parados de Vicálvaro. Visitaba las fábricas y ofrecía los servicios de los parados. Al final, varios entramos en Kanfort. También eché una mano a Manolo “Guti” cuando se creó la San Silvestre Vicalvareña.
¿Cómo surgió la idea de crear la Escuela de Fútbol de Vicálvaro?
Fue en 1981. Entonces venían los mercadillos ambulantes a los barrios. En Vicálvaro se montó uno, pero lo querían quitar. Vinieron a pedir apoyo a la AVV. Para pagar los gastos de fotocopias y demás, los comerciantes hicieron una colecta entre los puestos y recogieron 30.000 pesetas. Sobró dinero, pero, como los comerciantes no lo quisieron, propuse comprar unas equipaciones de fútbol y unos balones. Así hicimos un equipo de fútbol sala con niños del barrio que entrenaban en el Cuartel de Artillería. Poco a poco fue llegando gente joven muy buena y así surgió la Agrupación Deportiva-Recreativa de la Asociación de Vecinos de Vicálvaro. Vinieron Lorenzo Navas (árbitro y miembro de la AVV), José María Lucas (muy conocido en el barrio), Luismi (empezó a jugar en el Cadete) o Julio (trabajador de Valderrivas). También mi hijo, que con 14 años ya jugaba y entrenaba y hacía de todo un poco. Con los años, llegó más gente y muy válida, como Iñaki, que fue el segundo director de la EFV y que estuvo casi 10 años, Nano o Alberto, el utillero. Quiero agradecer a todas las personas que han pasado por la Escuela su trabajo durante estos años. De algunos tengo un grato recuerdo.
¿Qué equipos o entidades deportivas había en el barrio en esos años?
En los años 80, había pocas actividades deportivas en Vicálvaro. El Club Deportivo Vicálvaro y cuatro colegios con fútbol sala. De fútbol 11, había algunos equipos como SP Vicálvaro, La Extremeña en el Parque de la Maceta, el Bristol, el Atlético Los Ángeles en la Iglesia de San Juan y el Club Deportivo Gayo.
¿Cómo han sido las relaciones con los otros equipos del barrio?
En el 87-88 fuimos filial del Sporting de Vicálvaro, un club de Vicálvaro de toda la vida, pero desapareció al año siguiente. Luego nos hicimos filiales del CD Vicálvaro, en el 88-89, pero se acabó de una forma extraña porque a ellos no les interesaba tenernos como filial. A partir de ahí, firmamos un convenio con el Ayuntamiento de Madrid, con la Dirección General de Deportes que dura hasta ahora. Ahí pasamos a ser Escuela de Fútbol de Vicálvaro. Por cierto, una reivindicación buena que nos unió fue la del campo donde ahora juega del CD Vicálvaro. Desde finales de los 90 se sabía que iban a construir un estadio allí y la AVV y la EFV pedían que esa instalación deportiva, al ser con dinero público y terrenos públicos, fuera para todos los equipos del Distrito. El CD Vicálvaro decía que les habían quitado un campo. Es cierto, pero les dieron 18 millones de pesetas de indemnización por un terreno que no era ni suyo. Fue una batalla muy buena porque hubo varios equipos del distrito que nos apoyaron. Al final, se construyó y se llegó a un acuerdo con la Comunidad de Madrid y se acordó que la Federación de Fútbol de Madrid gestionara ese campo. Ahora, el CD Vicálvaro juega ahí y paga por ello, después se quedó con la exclusividad de la cafetería. A la EFV se le propuso entrenar allí, pero nos daban las peores horas. El CD Vicálvaro tendrá más nombre que la EFV, pero los derechos deben ser iguales para todos.
¿Cuántos niños crees que han pasado por la EFV en estos años?
Alrededor de 2.500 niños y jóvenes. Algo muy importante que hizo la Escuela fue que, en los años 90, firmamos un acuerdo con la Dirección General de Juventud para que los chavales que no querían ir a la mili pudieran hacer el Servicio Social Sustitutorio aquí. Más de 30 chicos vinieron a colaborar un año con nosotros, nos ayudaban con los entrenamientos o se hacían cargo de los equipos más pequeños.
¿Qué balance haces de estos años?
En general, estoy contento. Pero, lo que más me llena de satisfacción es cuando voy por el barrio y me saludan jugadores o entrenadores de la Escuela de la antigua época es. Preocupaciones, por ejemplo, las fuertes discusiones que he tenido con la gente del Polideportivo, porque son los que te dan y te quitan espacios.
¿Cómo ha sido la relación con la Junta a lo largo de estos años?
En general, positiva. Con Carmen Torralba, que era del PP, siempre me llevé bien y cada vez que solicitaba algo, me lo conseguía. También recuerdo cuando montamos una protesta porque el Ayuntamiento, en manos del PP, decidió que los niños del fútbol tenían que pagar todos los meses en lugar de anualmente. Con ese cambio, la cuota subió muchísimo. Nos unimos con otros equipos, como el Adepo de Vallecas, la Conce, Juventud Madrid y otros más, y centralizamos la protesta en la AVV. Incluso organizamos una manifestación en la Plaza de la Villa.
¿Cómo es la EFV en estos momentos?
Tiene 16 equipos y hace una labor social. Hay un problema de espacios porque el Polideportivo solo permite entrenar dos días a la semana durante 4 horas. Antes usábamos los semicírculos, pero ahora no podemos porque están los del Club de Atletismo.
¿Y el campo de la Vicálvarada?
La actual Junta se lo ha dado al Periso, un club deportivo privado del Barrio de la Concepción, para que entrenen, pero yo siempre lo veo vacío. Lo gestionan ellos, pero no sé en qué condiciones. Hace años la EFV quiso cogerlo, pero el concejal de la época nos dijo que ya habían decidido que se lo daban a Deportes Calderón, que era quien soltaba la pasta.